Jasón es un
héroe mitológico griego. Era hijo de
Esón y de
Alcímeda, rey de
Yolcos, quien fue destronado por su hermano
Pelias. Éste fue advertido por el
oráculo de que tuviera cuidado con un hombre calzado con una sola sandalia porque pondría en peligro su trono.
Jasón fue educado por el
centauro Quirón hasta que fue adulto. Cuando Jasón cumplió los veinte años, se dirigió a Yolcos dispuesto a recuperar el trono que por herencia le pertenecía. En el camino, tuvo que cruzar un río donde perdió una de sus sandalias. Al llegar a la ciudad, fue llamado por su tío Pelias y éste, al darse cuenta de que aquél podía ser el hombre que anunciaba el oráculo, decidió alejarlo de su tierra enviándolo a una difícil misión: viajar hasta la
Cólquida (al pie del
Cáucaso), y traer de allí el vellocino de oro, que había sido la piel de un carnero fabuloso que había salvado la vida a
Frixo, antepasado de Pelias, y lo había trasladado a la Cólquida. Allí Frixo ofreció en sacrificio a
Zeus este carnero y luego regaló la piel del animal, que era de oro, al rey
Eetes, que lo depositó en un árbol custodiado por dos toros que arrojaban fuego por la boca y una serpiente que nunca dormía.
Los Argonautas
Jasón, acompañado de un grupo de unos cincuenta héroes griegos (
Orfeo,
Cástor,
Pólux,
Peleo,
Hércules,
Teseo,
Laertes,
Atalanta —única mujer de la expedición, famosa corredora y arquera—,
Meleagro...) organizó la expedición. Le encargó a
Argos, la construcción del navío que recibió el nombre de Argo en homenaje a su constructor. Y del nombre de la nave tomaron a su vez el de
Argonautas (marineros de Argo) los héroes que en ella embarcaron. Reunidos pues los Argonautas, se hicieron a la mar en dirección a la Cólquida.
No mucho después llegaron a la isla de
Lemnos, donde sólo habitaban mujeres.. Los Argonautas permanecieron con ellas un tiempo y luego se marcharon.
Después de pasar por algunos países, llegaron a
Salmideso donde encontraron a
Fineo, ciego y adivino, al que los Argonautas ayudaron a deshacerse de las
Harpías, monstruos voladores con rostro de mujer, garras y alas, que, cumpliendo un castigo impuesto por los dioses, impedían que Fineo pudiera alimentarse.
Fineo, en agradecimiento, informó a los Argonautas sobre el camino a seguir hasta la Cólquida y además les dijo cómo podían superar el peligro que les esperaba al llegar a las Rocas Azules, dos enormes peñascos flotantes en continuo movimiento que chocaban entre sí aplastando a todos los que pretendían pasar entre ellas.
Superado este obstáculo, llegaron a la Cólquida. Jasón anunció a su rey, Eetes, su propósito. Éste le dijo que le dejaría llevarse el
vellocino de oro si antes conseguía uncir a los dos toros que lo custodiaban, arar un campo con ellos, arrojar sobre los surcos unos dientes que había entregado
Atenea al rey y luego vencer a una serpiente que nunca dormía y que permanecía al pie del árbol donde se hallaba el vellocino.
Medea, la hija del rey Eetes, que era hechicera, se enamoró apasionadamente de Jasón y ayudó a éste a llevar a buen término su hazaña (previo compromiso de Jasón de llevarla consigo a Yolcos), poniendo en práctica su brujería.
Dio a Jasón una pócima mágica para que no le hicieran daño los toros monstruosos. Habiendo conseguido uncir a los toros, lanzó los dientes sobre los surcos hechos en la tierra. De ellos brotaron cientos de hombres armados que se lanzaron contra el héroe, pero éste, siguiendo las instrucciones de Medea, arrojó una piedra entre ellos y los ejércitos se enfrentaron entre sí. Luego, Medea provocó un terrible sueño a la serpiente, Jasón se apoderó de la preciada piel y huyó con sus hombres, con Medea y con el hermano de ésta,
Apsirto, en su embarcación. Los hombres de Eetes persiguieron a la nave y Medea mató a su hermano, lo despedazó y lo arrojó al mar. El rey Eetes recogió los restos de su hijo y perdió de vista a los Argonautas.
Después de esto, los Argonautas emprendieron el regreso sorteando diversos peligros: tempestades, el asedio de las
Sirenas, el ataque de los monstruos
Escila y
Caribdis. Finalmente llegaron a Yolcos. Allí Pelias recibió de Jasón el vellocino y luego murió, a manos de sus propias hijas, debido a una artimaña de Medea. Entonces Jasón y Medea huyeron a
Corinto. Tuvieron dos hijos. Pero más tarde Jasón repudió a su mujer para casarse con
Glauca, hija del rey de Corinto. Medea, para vengarse, acabó con la vida de Glauca y con la de los hijos que había tenido con Jasón.