Patricia y escritora romana, Cornelia Africana (189-110 a.C.)
Cornelia era hija del famoso general Publio Cornelio Escipión el Africano, vencedor en la batalla de Zama contra Aníbal durante la segunda guerra púnica, y Emilia Paula.
Poco tiempo después de la muerte de su padre, Cornelia se casó con el cónsul Tiberio Sempronio Graco. A pesar de tener 12 hijos, tuvo que ver cómo sólo llegaban a la edad adulta Sempronia, Tiberio y Cayo. En 155 a.C., al morir su marido, decidió dedicarse únicamente a educar a sus hijos.
La vida de Cornelia estuvo marcada por las desgracias personales. Sobrevivió a su padre, su marido y a la práctica totalidad de sus hijos. Madre de los llamados Gracos, Cornelia luchó y defendió las políticas reformistas que Tiberio y Cayo llevaron a cabo en una Roma inmersa en una crisis económica donde el hambre se llevaba a multitud de ciudadanos.
Cornelia rechazó varias proposiciones de matrimonio de importantes hombres del imperio, después de la muerte de su marido. Llegó incluso a rechazar al rey egipcio Ptolomeo VIII. “He aquí mis joyas”
Mujer culta e inteligente, inculcó en sus hijos el amor por el prójimo introduciéndolos en las ideas humanísticas helenísiticas que defendían el apoyo a las clases populares. Ante la ostentación que otras damas patricias hacían del lujo y de sus joyas, Cornelia mostraba a sus hijos con orgullo: “He aquí mis joyas”.
Madre de los Gracos
Cornelia fue conocida como la “madre de los Gracos” sobretodo durante las revueltas que provocaron las reformas que sus hijos quisieron llevar a cabo en el senado romano.
Durante los años de lucha de sus hijos, Cornelia defendió como una leona su causa y trabajó para ganarse partidarios.
Retiro intelectual
Desaparecidos la mayor parte de los miembros de su familia, Cornelia decidió retirarse a vivir a una villa alejada de Roma donde se dedicó al estudio del griego, el latín y la filosofía. Convertida en el símbolo de la matrona romana, esposa y madre ejemplar, la madre de los Gracos recibió con una exquisita hospitalidad a hombres cultos y mujeres que admiraron su valor.
La primera estatua
Cornelia tuvo el honor de ver como se erigía una estatua suya en el Foro Romano. Era la primera vez que se daba ese privilegio a una mujer. En el epígrafe de la base se puede leer: Cornelia, hija del Africano y madre de los Gracos.
Aissia Pedroche, Marta Tarazona y Chunjie Wang.
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